
Para gente de 30. Uno de mis mayores entretenimientos es visitar librerías. Puedo pasarme horas hojeando libros, leyendo las sinopsis y las primeras páginas de novelas, textos teatrales y ensayos. Cuando salgo de trabajar antes de lo previsto y me encuentro sin plan, es lo que acabo haciendo. Y, muchas veces, regreso a casa cargado ya no sólo con el peso del ordenador, la fiambrera de vidrio, los cargadores y el libro que me estoy leyendo en ese momento durante los trayectos, sino también con algún que otro ejemplar más que se suma a mi estantería.
En varias de esas visitas, me había detenido a hojear ‘Darse un tiempo (y otras mentiras)’ de Dani de la Orden. La portada del libro llamaba poderosamente mi atención. Pero temía que fuese una novela demasiado juvenil. No es el tipo de literatura que estoy habituado a leer. Por otro lado, el cine de Dani de la Orden me encanta. He perdido la cuenta de las veces que he podido llegar a ver tanto ‘Barcelona nit d’estiu’ como ‘Barcelona nit d’hivern’. Así que, en una de esas ocasiones, me entró un impulso y la compré sin darle más vueltas. Total, ¿qué son 15,95€ por un poco de cultura? Pensé que iba a ser una novela ideal para leer durante los trayectos en tren al trabajo, una novela breve, ligera.
Para gente de 30
Al día siguiente, en pleno fin de semana, decidí leer las dos primeras páginas. Sentía tanta curiosidad, que no pude evitarlo. “Un par de páginas y lo cierro, sigo el lunes”, pensé. Pero no. No pude parar. No paré hasta finalizarla. Devoré la novela en un sólo día. Me atrapó. Me enganchó desde la primera página.
Pese a que la catalogan como literatura juvenil, no estamos ante una novela dirigida al público adolescente. Y es que, a veces se me olvida, que, a mis 34 años, sigo siendo joven, aunque ya no tenga derecho a descuento en el abono transportes ni en ninguna otra parte. Y eso es precisamente ‘Darse un tiempo…’, una novela de treintañeros, con sus movidas de treintañeros. Y creo que eso es lo que más me ha atrapado de la historia de David, con quien, no sólo por su nombre, me he sentido muy identificado. Demasiado identificado.
La novela, aunque parece criticar el cine ¿pasteloso?, la infinidad de películas románticas que han hecho que tengamos una percepción distorsionada de la vida y después nos demos una buena hostia de realidad, es todo lo contrario, es un bonito homenaje a todas esas comedias románticas a las que… ¡LO CONFIESO! ¡LLEVO TODA LA VIDA ENGANCHADO! Y esta novela está repleta de referencias cinematográficas, muchas de ellas ochenteras (motivo más que suficiente para conquistarme).
Y el libro es una comedia romántica. Una novela divertida y emotiva, al igual que esas películas, cargada de ironía, sobre el amor, las relaciones… ¡Y el cine!
No quiero contar más ni desvelar nada sobre este libro porque, igual que me ha sorprendido a mí, espero que lo haga con quienes lean esta columna. Sé que ahora necesitas leerla. Lo siento. Pero me lo agradecerás (guiño, guiño).